jueves, 22 de noviembre de 2012

Que España es España, ¡coño!


Y esto es lo que deben pensar el señor Tejero y toda esa cohorte de españolistísimos militares, policías, politicastros, personajes de la farándula y demás insulsxs mentales y zopencxs variadxs que insisten en que lo que las armas han conquistado, que no lo separe el pueblo.

Ahora le ha tocado el turno al protagonista del 23F, el señor Tejero, que no a gusto con la carga histórica que se gestionó en su día entre la mítica del 81 y la operación Galaxia, todavía tiene a bien hacer gala de su iracunda ranciedad y plantar sus fascistas testículos en una denuncia al Presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, "por sus continuas y reiteradas pretensiones secesionistas de una parte importante de España como es el Principado de Cataluña, que es España desde los primeros momentos de conseguirse la Unidad de la Patria" y, qué mejor día, el veinte de noviembre. Qué casualidad, general, digo teniente coronel.

No es cuestión de defender ni apoyar al señor Mas, que allá él con sus cosas, pero, para empezar, se llama Artur, no Arturo, como dice el señor Tejero. Que si cuando venía a España el señor George W. (Walker) Bush no le llamábamos Jorge Caminante Arbusto, por la misma, un nombre propio por muy catalán que sea, es como es, y la castellanización (que no españolización) está de "más".

Y lo que da para folios y folios de réplica, ya en el plano más ideológico que la mera sorna por el cazurrismo de "traducir" los nombres, es lo de la "Unidad de la Patria" como si esta fuera un ente abstracto, absoluto, una totalidad necesaria dentro de los límites existentes y que determinara por completo la vida y la muerte de toda persona habitante del Estado español, y sin la cual fueran a hundirse más de lo que ya están (y no precisamente por las aspiraciones autodeterminacionistas de ningún pueblo) las vidas de los trabajadores y las trabajadoras (lxs más dentro de esta España) de esta, nuestra "querida" España.

Si tomamos nuestro país como una imposición dogmática, como una unidad sí o sí de pueblos de lo más distante y distintos, sin capacidad de decisión, elección o siquiera posibilidad de plantear porque hace un montón de años, cuando todavía los reyes iban a caballo (y no con elefantes), las armas y el dinero hablaron de una manera determinada, nos estaremos pisando a nosotrxs mismxs, nuestro ánimo de evolucionar a un sitio mejor donde vivir para todas y para todos.Y eso no hace falta llegar a teniente coronel de la Guardia Civil para entenderlo. Quizás todo lo contrario...

Se ve que esto de la evolución....




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